Al mismo tiempo que se daba a conocer la estadística del Indec sobre la reducción de los índices de pobreza en el país se vivió en la capital tucumana la emergencia del joven rescatado del camión de basura cuando estaba apunto de ser aplastado. Ahora se encuentra en terapia intensiva en el Hospital Padilla, a la espera de intervenciones médicas, mientras se intenta reconstruir las circunstancias que han llevado a esa persona a buscar refugio en un contenedor de residuos. Según se sabe, se trata de un joven en situación de calle, presuntamente adicto, que buscaba alimento en la basura o que acaso se había dormido en el contenedor.

En medio de la conmoción generada luego del dramático rescate -los operarios del camión recolector oyeron sus gritos, detuvieron el aparato compactador y lo sacaron de entre los desperdicios apretados- comenzaron a conocerse informes de organizaciones que trabajan con gente en situación de calle. Calculan que hay 300 tucumanos que viven a la intemperie, algunos de los cuales suelen dormir en los distintos albergues de la capital, aunque no siempre alcanzan los lugares para todos. Una referente de la ONG ”Yanapay” dijo que también se ve mucha gente en estas condiciones fuera de la ciudad.

Personal de la empresa recolectora de residuos ha asegurado que en varias ocasiones hallaron gente durmiendo en los contenedores, aunque nunca se dio el caso de que alguien terminara dentro del camión. Un vecino de la avenida Mitre al 700, donde ocurrió este hecho, dijo que “en la zona de la Escuela Técnica N° 3 hay mucha gente en situación de calle que se mete en los contenedores y no sale. No sé si viven adentro pero es tristísimo y no podemos hacer la vista gorda”. Una referente de la ONG “Apapachando corazones”, que prepara 100 platos de comida cada día, dijo que donde más necesidades se ve es en la zona del parque 9 de Julio y en la Plazoleta Mitre. Añadió que cada vez se ven más personas revolviendo la basura, más mendicidad y un aumento del consumo de sustancias. Explicó que hay programas provinciales y municipales para ayudar a la gente sin techo; sin embargo,  funcionan principalmente cuando hace frío y mucha gente se resiste a ir. Hay dos albergues, uno para mujeres y otro para varones, pero suelen tener los cupos llenos.

El ministro de Desarrollo Social, consultado en LG Play, evitó dar la cifra exacta de personas que viven en la calle; relató que en el albergue “El Andén”, del predio ferial de la calle Marco Avellaneda, han pasado 470 personas.  Sus circunstancias, explicó, se han visto agravadas por el consumo problemático y la violencia intrafamiliar.

Sería importante que se pueda determinar la dimensión del fenómeno que, según parece, crece (sin que haya cifras al respecto) a pesar de que se diga que disminuyen los niveles de pobreza. Este doloroso episodio está mostrando la cara cruda de la emergencia social en nuestra provincia. Urge tratarla en busca de una salida y de ayuda a esta gente abandonada.